Una frágil globalización
La interconexión mundial es una moneda con una cara positiva y otra negativa. El problema es que las sociedades olvidan con mucha facilidad esta segunda cara.
Un mundo hecho de mundos
Tras la uniformidad aparente impuesta por el unilateralismo estadounidense de las décadas del cambio de milenio hemos transitado hacia el choque de intereses bien diferenciados aunque no aislados en compartimentos estancos. Se trata de mundos que llevan décadas o siglos formándose y que hoy emergen o vuelven a emerger como causa y a la vez consecuencia de las contrariedades que abriga la globalización.